Desde 2013, la doctora María del Carmen Sánchez Villegas es jefa del Centro de Información y Asistencia Toxicológica, pionero en el tratamiento de la mordedura de araña violinista.
• La especialista nació en hospital del IMSS en Pachuca; realizó su servicio social en una clínica rural y durante 23 años laboró en el área de urgencias de Pediatría.
El Centro de Información y Asistencia Toxicológica del Centro Médico Nacional (CMN) La Raza, referente nacional e internacional en el tratamiento de personas intoxicadas por animales ponzoñosos, plantas, metales, minerales y agroquímicos, es dirigido por una mujer desde el año 2013.
Con motivo del Día Internacional de la Mujer, que se conmemoró el 8 de marzo, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) reconoce a la doctora María del Carmen Sánchez Villegas por su trayectoria al interior de la institución, cuya labor le ha permitido resolver procesos de intoxicación de por lo menos cuatro mil 500 pacientes, así como por sus 20 años como docente en los que ha capacitado a residentes de urgencias médico quirúrgicas y de pediatría.
“Somos considerados como pioneros en nuestro país en la atención del envenenamiento por araña violinista y hemos sentado las bases para su diagnóstico y tratamiento, a la par en que se desarrollaba el primer antiveneno de cuarta generación que aplicamos por primera vez en América Latina y el mundo en el Centro Médico La Raza, y que ha dado enormes beneficios”, enfatizó.
También en este Centro, dijo, se ha presentado la oportunidad de afrontar casos que no estaban descritos en nuestro país, como la mordedura de la serpiente Bitis Gabónica, conocida como víbora africana, y cuya atención oportuna permitió salvar la vida de una herpetóloga que en 2016 resultó envenenada por una de las serpientes más tóxicas del mundo.
De la misma forma, relató que como parte de su experiencia al frente de este Centro del Hospital General del CMN La Raza, se salvó a un paciente con mordedura de una cobra tailandesa. Somos pioneros también en el modelo de atención de pacientes intoxicados con fósforo de aluminio y fosfuro de zinc, y nos distinguimos por establecer la clínica de atención de intoxicaciones por metales pesados, en especial por el plomo.
“He tenido las mismas dificultades que cualquier profesionista, sí con algunas desventajas porque existe poca credibilidad de que una mujer pueda llevar las riendas de un servicio y resolver problemas complejos como enfrentar a accidentes químicos. La institución me ha dado todas las herramientas para tener capacidad resolutiva y crear un trabajo de liderazgo a través de la conformación de equipos de trabajo donde Toxicología Clínica es la cabeza de la atención de estos pacientes”.
Originaria de la ciudad de Pachuca, Hidalgo, María del Carmen nació en una unidad médica del Seguro Social a unos pasos del reloj monumental que caracteriza a la zona centro, “ese fue mi primer contacto con el Seguro Social, que ha representado para mí un marco donde he crecido desde el punto de vista académico, asistencial y de seguridad económica para mi familia”.
El Instituto le abrió sus puertas y en sus aulas, quirófanos y bibliotecas realizó la carrera de pregrado; realizó su servicio social en la Unidad Médica Rural número 38 de Tepetates, Hidalgo, del entonces programa IMSS-Coplamar, hoy IMSS-Bienestar, lugar en el que conoció de primera mano las necesidades en salud y de atención en urgencias de la población más vulnerable del país.
Posteriormente, realizó la especialidad de pediatría médica en el CMN La Raza, lugar en el que laboró en áreas de urgencias de Pediatría durante 23 años, periodo en el que conoció al doctor Gabriel López Martín, a quien se le conoce como pionero de la toxicología clínica, y que fue fundamental en su formación; “a la par hice varias capacitaciones en áreas de Administración, de Epidemiología, de Toxicología Forense y el master de Toxicología Clínica”.
Con la jubilación del doctor Lopez Martín, el Centro de Información y Asistencia Toxicológica quedó bajo el resguardo de la doctora Sánchez Villegas y en 2013 recibió la titularidad de la jefatura; “fui capacitada para no tenerle miedo a nada, con las herramientas necesarias para poder enfrentar la patología de los pacientes pediátricos, adultos, mujeres embarazadas y adultos mayores”.
“Pienso que como mujeres, independientemente de que tengamos las capacidades asistenciales, académicas y profesionales así como el carácter y la fuerza para para afrontar un proceso de salud y enfermedad de la población, el género femenino con su exquisita sensibilidad tienen un don especial para comprender y consolar quien más sufre”, refirió.