La interrupción del embarazo fue necesaria por las condiciones de la paciente.
• Ante el COVID-19 no hay que bajar la guardia.
Con siete meses de embarazo, Yareli “N” fue intubada por complicaciones de COVID-19, por lo que para lograr salvar su vida y la de su bebé fue necesaria una cesárea de emergencia, misma que fue atendida por especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Guerrero.
Tras dos meses de recibir atención integral por parte de médicos del Hospital General Regional (HGR) No. 1 “Vicente Guerrero”, en Acapulco, la joven de 29 años fue extubada y logró conocer a su pequeño hijo en perfecto estado de salud.
El doctor Salomón García Andraca, director del HGR No. 1, relató que la paciente llegó al nosocomio con 34 semanas de embarazo, hipertensión, infección por COVID-19 y el desarrollo de neumonía. Ante este panorama, él junto con otros especialistas determinó, como urgente, la interrupción del embarazo para favorecer el estado de salud del bebé.
Luego de la cesárea y posterior intubación, Yareli sufrió dos infartos. El primero cuando se encontraba hospitalizada en el área de atención COVID y el segundo cuando fue intubada en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), lo que agravó aún más su estado de salud.
No obstante, la paciente logró mejorar y regresar a su casa para continuar ahí su recuperación, pues sigue en el proceso de regeneración de una traqueotomía (apertura quirúrgica en frente del cuello, la cual se hace durante un procedimiento de emergencia o una cirugía planeada).
Jacqueline, hermana de la paciente, relató sobre la incertidumbre que al principio tuvo al saber la gravedad de su familiar, pero, tras conversar con los especialistas del Seguro Social, supo que la intubación fue la mejor alternativa, así como la interrupción del embarazo.
Yareli destacó el valor y compromiso de todo el personal del Hospital “Vicente Guerrero”, así como el contacto directo que tuvieron con sus familiares para mantenerlos informados en cada paso de su evolución.
Por lo anterior, la joven hace un llamado a la población a no confiarse con el semáforo epidemiológico en color verde, y a continuar con las acciones de prevención: uso adecuado de cubrebocas, lavado o desinfección de manos, así como la sana distancia, ya que el COVID-19 no se ha ido.