Las mujeres mayores de 40 años, primerizas y adolescentes constituyen el principal grupo de riesgo para sufrir preeclampsia, enfermedad que se manifiesta con la presión elevada después de la semana 20 de gestación y en el puerperio (periodo que sigue al parto), advirtió Janet Rodríguez Román, ginecóloga del Hospital General de Zona número 32, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Señaló que el incremento de la presión arterial provoca que las pacientes tengan dolor de cabeza, zumbido de oídos, vean lucecitas y malestar en la boca del estómago, síntomas que deben alertar a la mujer sobre un cuadro de esta enfermedad. Las complicaciones graves de la misma, dijo, pueden ser insuficiencia renal, síndrome de HELLP (trastorno obstétrico severo), desprendimiento de placenta e incluso la muerte materna y fetal.
La especialista recomendó que para prevenir la preeclampsia se requiere de un control prenatal cada mes en las Unidades de Medicina Familiar del IMSS, a fin de detectar de manera oportuna irregularidades en las cifras tensionales y en caso de que se registren por encima de lo normal, referir a la derechohabiente a hospitales de segundo nivel para seguimiento del embarazo, que ya se considera de alto riesgo.
Si en algún momento presenta preeclampsia severa, explicó, puede requerir atención de terapia intensiva o cuidados intensivos neonatales, que se brindan en hospitales de tercer nivel para su control hemodinámico, materno y fetal.
En algunos casos, agregó la ginecóloga, es necesario prescribir medicamentos antihipertensivos para normalizar la presión arterial y estabilizar a la paciente. Sin embargo, cuando se mantiene la presión elevada y alguna complicación de la preeclampsia, los especialistas valoran la interrupción del embarazo a la brevedad.
Este padecimiento, indicó, no puede prevenirse como tal, por lo que es importante identificar la sintomatología en forma inicial, tomar en cuenta los factores de riesgo de cada paciente (mujeres con preeclampsia en un embarazo previo, adolescentes y mayores de 40 años), enfermedades agregadas de la madre (hipertensión crónica, obesidad, trombofilias) y embarazos gemelares.
En tales casos, apuntó, se les debe informar la importancia de un control prenatal regular, para que ante la aparición de algún indicio de la enfermedad, se dé tratamiento oportuno y evitar complicaciones o inclusive la muerte materno fetal.
Por ello, Rodríguez Román insistió que las embarazadas deben permanecer alertas ante cualquier dato de alarma, porque a pesar de estar controladas con algún medicamento anti hipertensivo, pueden cursar con cifras de presión aún más altas; atender a los movimientos fetales (datos de bienestar) y en caso de presentar alguna sintomatología de alarma, acudir de inmediato a consulta médica.
La especialista del IMSS aconsejó a las mujeres tomar, previo al embarazo, las dosis necesarias de ácido fólico; durante la gestación, consumir alimentos ricos en proteínas, suplemento de calcio y en los últimos meses, reposo en casa y reducción de estrés, medidas de prevención de la preeclampsia.