Para prevenir infecciones respiratorias propias de la época de frío lo recomendable es vacunarse contra la influenza estacional y el neumococo, a fin de que las personas tengan la protección necesaria.
El jefe de la División de Prevención de Enfermedades de la Unidad de Salud Pública del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Armando González García, destacó que la población debe recibir cada año una dosis de vacuna anti-influenza.
Precisó que los extremos de la vida son los más vulnerables para las infecciones respiratorias, por ello se da prioridad a la vacunación en niños de seis meses a cuatro años y adultos mayores de 60. Otro grupo de riesgo son las embarazadas, sin importar el mes de gestación, ya que se trata de vacunas que se elaboran con virus inactivados que lo único que producen son defensas para el organismo y no afectan el buen desarrollo del bebé.
También, dijo, deben vacunarse los enfermos con asma, padecimientos cardiovasculares o con enfermedades que los debilitan, niños y adultos con obesidad, así como el personal de salud que al atender a enfermos puedan contagiarse.
La importancia de recibir la dosis anual contra la influenza estacional, explicó, se debe principalmente a su comportamiento epidémico, sin dejar de insistir en aplicar la anti neumónica que protege contra infecciones respiratorias causadas por el neumococo. De ésta hay dos tipos: para los niños se aplica a los dos, cuatro y 12 meses de edad y la del adulto sólo una vez a partir de los 65 años. Las vacunas están disponibles en todas la Unidades de Medicina Familiar.
El Instituto adquirió ocho millones 233 mil dosis para la protección de su población amparada, que junto con las del Sector Salud suman más de 23 millones de vacunas gratuitas.
Posterior a la inoculación, detalló el especialista, puede haber dolor en el sitio de la aplicación, en algunos casos hay elevación de temperatura que no dura más de un día, pero si llegara a presentarse algún problema asociado a la vacuna, lo ideal es acudir a su médico familiar.
Armando González García indicó que las vacunas protegen contra padecimientos que provocaban alta mortalidad o males severos, sin embargo, consideró que se debe desterrar el mito de que vacunarse favorece cuadros muy graves de gripe o catarro, ya que la vacuna por sí misma no puede causar enfermedad.
Para que una vacuna desarrolle toda su potencia, expresó, deben pasar cuando menos dos semanas para que el sistema inmunológico de un organismo sano esté preparado para desarrollar defensas.
Invitó a la población asegurada a vacunarse así como a fortalecer su aparato respiratorio e inmunológico a través de buena alimentación e hidratación, además de cuidarse de posibles infecciones respiratorias y evitar asistir a lugares concurridos por el riesgo de contagio.